En una economía cada vez más competitiva e impredecible, la Supply Chain es un motor de crecimiento sin precedentes. Su optimización implica visibilidad global y sincronización de todos los actores de la cadena: cliente, proveedor y prestador de servicios. Por lo tanto, ha llegado el momento de la colaboración entre los actores y la puesta en común de recursos para pasar de una cadena de valor individual a una cadena de valor colectiva.

Entre las prácticas de Supply Chain colaborativas, la Gestión Compartida de Suministros (GCS) es una de las más conocidas y difundidas. Y por una buena razón, los resultados de los estudios sobre los beneficios de la puesta en común hablan por sí solos: una reducción del 30% de las existencias, una reducción del 30% de desabastecimientos, una reducción del 15% de los costes de transporte, una reducción del 90% de los sobrantes y un aumento de las ventas del 10% al 20%.

Más allá de la GCS, hay muchas otras prácticas, alternativas o complementarias, para la colaboración.